“Puente sin Rìo”.
“Miraste la reconquista una última vez y saltaste hacia el río. Moriste.”
Hay puentes de glorioso destino, fotografiados por montones y que ilustran los libros de historia. Hay puentes célebres, monstruosos, gigantescos y descomunales, que unen distancias inconcebibles. Y vos sos una burla de puente. Tu agua ya no existe, no sos más que una forma de aligerar el tránsito. Envidia tenés de todos esos puentes parisinos o venecianos, tan románticos y novelescos. Sos de concreto, hierro, acero. Pero también incomparable a los vistosos puentes neoyorkinos o californianos. Sos pequeño, ridículo, nada, ni la sombra de cualquiera de ellos. No tenés río ni tenés valle que te atraviese. La gente ni siquiera sabe tu nombre, y apenas recuerdan tu existencia. Incluso en otros puentes, como los del sur, hubo trágicas muertes, artistas paciendo, luces de colores y revoluciones frustradas. Sos chico, feo, sucio, despreciado cuando no ignorado. Y no hay final optimista ni otra mirada posible. Sos y serás por siempre, el mismo triste y patético puente sin río.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario