Soy el Àngel Albinegro.
Soy el Dios de la angustia.
Vivo en el dolor, mi sangre es el sufrimiento.
Mi piel siempre hiede a azufre y mi lengua es de carbón.

Soy el Àngel Albinegro, y detrás de mis alas se esconden las vidas robadas de todos aquellos que sucumbieron a la amargura de una vida plagada de injusticias y desesperos, por el pasillo amargo de la vida y cuyo único premio para aquel que la recorre es la desilusión y la desesperanza.

En cada bala, en cada centímetro de acero y gramo de glicerina está mi espíritu. Mi alimento y mi bebida son el pecado y el llanto, el amor es mi arma más lacerante, camufladas en monocromáticas flores han caído una tras una las almas más sensibles de este planeta.
Mi único fin es mi medio, subsistir es todo mi objetivo, la extensión de mis dominios fatuos donde la obscuridad reina y la luz no se filtra es toda mi ambición. De infante mamé de la infamia y el engaño, corrompí a la Muerte, sometí a los falsos Dioses y a los falsos Demonios, hoy, todos esclavos míos por igual, obran bajo mis órdenes. Se acabaron las épicas luchas entre el bien y el mal, se acabaron los grises, los blancos y los negros, mi longevidad place por encima de cualquier otro destino elevado.

Por todo adorno poseo la densa obscuridad que me precede, y solamente un cilicio de espinas protege mi cuerpo innecesariamente, pues las inclemencias del tiempo y del ambiente me son ajenas o bien subordinadas. Hace tiempo que la Naturaleza y el Cosmos están bajo mis manos dirigentes, mis garras de frio ígneo se extienden por el planeta, horadando la tierra, sembrando la cosecha que proveerá a mi insaciable apetito, y la humanidad es a la vez el labrador y el cultivo, triste especie condenada a permanecer con la única razón de mi inmortalidad.

Soy el telonero y director de la trama de la vida, guionista de todas las comedias y las tragedias, hacedor de lo patético y lo absurdo, padre del horror y la morbosidad, madre de la pereza y la ignorancia, ideador de invento alguno, soy aquel es conjurado en todos los maleficios, mecenas de brujas y hechiceros, él que únicamente puede ser llamado por insultos.

Soy el Àngel Albinegro, ser supremo, Amo y Señor del universo y todo lo que está en él, causa y justificativo de cuanto ocurre en los míos territorios, dueño privado de todas las emociones y placeres, Rey Máximo del orden del Todo. Soy el Àngel Albinegro, vivo del sufrimiento y del dolor, y sólo temo a la mortalidad, porque me es desconocido mi destino al estar sometido a mí cuanto hay y cuanto existe. Soy el Àngel Albinegro y permanezco por el terror, y no hay terror más grande que el mío. Soy el Àngel Albinegro y busco la inmortalidad.

Soy el Àngel Albinegro y busco quién tenga el valor de matarme.