Por ejemplo, este muro garaffitiado en el cruce de las Vías San Martín (en la parte ancha, Honduras) que veo cuando tomo el 39 a FL.
Por ahí tiene explicación, en ese muro supongo que lo que me fascina es el estilo porteño, el graffiti es la forma por excelencia de expresar lo clandestino, esa imágen del che, en graffiti, hace pensar en una idea colectiva (la del maganísmo argentino, como la del socialismo) que teme expresarse públicamente, a la vez, a su lado (tapado por el árbol) hay un hermoso dibujo de una mujer desnuda nadando en un mar, y alzando su rostro moreno hacia un supuesto sol, el pelo y la tez africana, combinado con la expresión y actitud de gozo y libertad (enfatizado por el hecho e que está desnuda, libre) nos hace pensar en una esclava, o trabajadora, que logró escaparse y disfruta de la vida pura y libre, a esta idea, que obviamente es fuerte en una sociedad responsabilizante como la nuestra, se le suma el erotismo contenido (los pechos tapados por el agua, pero es evidente su desnudez, además, la "negra" siempre fue algo exótico y atrayente para el porteño). Estas dos imágenes juntas, la clandestinidad del deseo de auto-orgullo y justicia, y las reprimidas ansias de placer y libertad, son un conjunto que sólo podría haber sido hecho en un lugar tan exácto, como el muro de un galpón abandonado (okupado más bien), encerrado dentro del terreno ferrioviario delimitado con las vías del actual superpoblado San Martín, y, a pocos metros, las vías del abandonado San Martín comercial (ganado, etc).
A eso se le suma el contraste entre el edificio viejo de ladrillos, y atrás, altos rascacielos de fondo (que no se ven en la foto), el muro, renacido gracias al "salvataje" popular de los graffitis y pinturas, y el haberlo visto por primera vez escuchando la versión de Yira, Yira de Los Piojos.
Más porteño imposible (??)
Un punto mágico de la Ciudad de Buenos Aires.
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